miércoles, 8 de diciembre de 2010

Más autoestima, menos dudas


La autoestima es sinónimo de buena salud mental y confianza en uno mismo. Todo empieza por quererse y luego a aprender a gozar de la vida, aunque a veces sea necesaria ayuda para conseguirlo.



La confianza en uno mismo no sólo es necesaria en el día a día del trabajo sino también a nivel personal, familiar y social.
Las empresas ya no sólo invierten en cursos de idiomas o de mejora de las técnicas de venta de sus trabajadores, sino que cada vez más apuestan también por los que ayudan a potenciar la autoestima. El motivo es que está demostrado que cuanto más alta sea la autoestima, más posibilidades tiene la persona de ser creativa en el trabajo, lo que significa que también tiene más opciones de lograr el éxito profesional.
Pero, ¿en qué constan estos cursos? Si bien en cada caso podrán tratarse temas diferentes, algunas de las materias básicas son la aplicación de la autoestima en el trabajo, el rol del gerente en la construcción de la autoestima o cómo potenciarla en el día a día de la empresa. Otros aspectos importantes son los relacionados con el control de la mente, la memoria, el auto-conocimiento y la intuición, que se debe potenciar para generar más autoestima.

Más confianza
Pero la confianza en uno mismo no sólo es necesaria en el día a día del trabajo sino también a nivel personal, familiar y social. Y es que una alta autoestima es fundamental para afrontar las dificultades que se presentan en la vida y tener la energía necesaria para tomar decisiones, aunque no siempre el entorno esté de acuerdo con ellas.

A partir de estos beneficios, muchas asociaciones de mujeres y otras organizaciones a nivel local organizan cursos de autoestima basados en estrategias sencillas que tienen como objetivo potenciar el sentimiento de valía y de competencia personal de las participantes. Por ejemplo, algunos de ellos se articulan a partir de dos bloques diferenciados, el primero de los cuales está centrado en los conceptos básicos de la autoestima para potenciar de manera práctica las habilidades sociales que la mejoran. Por su parte, el segundo bloque se destina a trabajar las técnicas específicas para mejorar la autoestima y ofrecer a cada mujer su sitio en todos los ámbitos sociales.

El verdadero problema de la baja autoestima es que no se limita sólo a la persona que la sufre, sino que se trasmite de padres a hijos.
El objetivo, en todo caso, es ofrecer a las participantes una serie de técnicas para mantener o mejorar su autoestima, potenciar los valores positivos, así como ayudarlas a forjar una buena imagen de sí mismas y de sus posibilidades tanto profesionales como humanas.

Detectar el problema
Uno de los principales problemas a la hora de detectar la baja autoestima es que no se puede hablar de síntomas comunes, sino que son muy variables. No obstante, en general estas personas sí se caracterizan por manifestar desgano y tener dificultad para saber que es lo que quieren, no lograr concretar nada y tener dificultades con el contacto social (se sienten fracasados en situaciones de su vida). Además, se frustran con facilidad cuando las cosas no salen como esperaban, demuestran poca emotividad y si alguien opina de forma diferente a ellos, se ponen a la defensiva.

Partiendo de esta base, cabe tener en cuenta también que el verdadero problema de la baja autoestima es que no se limita sólo a la persona que la sufre, sino que se trasmite de padres a hijos como si de información genética se tratara. Un buen motivo para hacerle frente y buscar ayuda a la hora de recuperar la autoestima perdida.

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